martes, 16 de diciembre de 2008

El hombre más feliz del mundo

Según un estudio sobre el cerebro, realizado por la Universidad de Wisconsin (USA), un monje francés es considerado el hombre más feliz del mundo.
Su nombre es Matthieu Ricard, de 61 años, es biólogo molecular, hijo de un filósofo ateo y dejó su carrera por abrazar al budismo. Actualmente es asesor personal del Dalai Lama, vive apartado del mundo, ha regalado su dinero y no tiene relaciones sexuales desde hace 30 años.
Ha sido considerado por los especialistas en neurociencia afectiva como “El hombre más feliz del mundo”. Y es que para ellos, el monje francés registra una actividad inusual en la corteza izquierda de su cerebro, donde residen las sensaciones placenteras.
Lamentablemente, nuestro "estado del ánimo", se complace con la posesión de un bien.

¿Cambiamos?

Matthieu Ricard no quiere. Por eso en lugar de una casa en la playa ha elegido una vida contemplativa en el monasterio nepalí de Shechen; por eso ha regalado los millones de euros procedentes de sus libros (se han vendido millones de copias en todo el mundo y han sido traducidos a una decena de lenguas); y quizá por eso ha evitado los conflictos propios de la vida matrimonial. El «hombre más feliz del mundo» no sugiere que todo el mundo haga lo mismo para encontrar la dicha. Sólo que aprendamos que la deseada casa de la playa, los millones en el banco o esa pareja tan atractiva tampoco nos conducirán a ella. Aprender a contentarnos con lo que tenemos quizá sí.

  • Vejez: Cuando la agudeza mental y la acción disminuyen, es tiempo de experimentar y manifestar cariño, afecto, amor y comprensión.

  • Muerte: Forma parte de la vida, rebelarse es ir contra la propia naturaleza de la existencia. Sólo hay un camino: aceptarla.

  • Soledad: existe una manera de no sentirse abandonado: percibir a todos los hombres como parte de nuestra familia.

  • Alegría: Está dentro de cada uno de nosotros. Sólo hay que mirar en nuestro interior, encontrarla y transmitirla.

  • Identidad: No es la imagen que tenemos de nosotros mismos, ni la que proyectamos. Es nuestra naturaleza más profunda, ésa que nos hace ser buenos y cariñosos con quienes nos rodean.

  • Conflictos de pareja minimizarlos: Es muy difícil pelearse con alguien que no busca la confrontación.

  • Familia: Requiere el esfuerzo constante de cada uno de sus miembros, ser generoso y reducir nuestro nivel de exigencia.

  • Deterioro físico: Hay que aprender a valorarlo positivamente. Verlo como el principio de una nueva vida y no el principio del fin.

  • Relaciones sociales: Es más fácil estar de buen humor que discutir y enfadarse. Lo ideal es seguir siendo como somos y utilizar siempre que podamos la franqueza y la amabilidad.

  • Felicidad: Si la buscamos en el sitio equivocado, estaremos convencidos de que no existe cuando no la encontremos allí.

(extraído del artículo abajo mencionado)

Revisen por favor este interesante artículo: http://www.elmundo.es/suplementos/magazine/2007/395/1176906666.html


1 comentario:

Percy Taira dijo...

A ver, yo tengo una carrera pero no la practico, vivo alejado del mundo encerrado en mi cuarto, no tengo dinero, soy soltero y pienso serlo por unos cuantos años más, y bueno eso de relaciones sexuales, jajaja, en fin, lo dejo allí, en todo caso, estoy en un buen camino para ser el hombre más feliz del mundo, quién lo diría...

SALUDOS Y FELICIDADES POR EL NUEVO DISEÑO...

www.limaeraunafiesta.blogspot.com

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